Una de las consecuencias del sonado juicio antimonopolio contra Microsoft en los 90 fue que, para poder conservar Internet Explorer dentro de Windows, debía proporcionar una herramienta sencilla para elegir otro navegador como predeterminado.
En Windows 10, esa función se ha complicado innecesariamente, y en Mozilla no están nada contentos (nos imaginamos que en Google tampoco).
Hasta ahora, cuando instalábamos un navegador diferente del nativo de Windows, nos aparecía un aviso en el que se nos daba a elegir qué navegador es el que queremos que arranque por defecto. Bastaba pulsar el botón correspondiente para realizar los cambios en la configuración.
Windows 10 ha cambiado esa función de una manera que no solo es bastante contraintuitiva, sino que además parece bastante innecesaria.
Ahora el botón ya no cambia automáticamente la configuración. Lo único que hace es llevarnos a la pestaña de aplicaciones predeterminadas de Windows, donde tenemos que hacer scroll hasta la sección navegador, pulsar sobre Microsoft Edge, y elegir qué otro programa queremos utilizar por defecto.
Origen: Windows 10 quiere que no sea fácil cambiar el navegador predeterminado
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